Monday, August 17, 2015

Palabras de Andy

Para mis cumpleaños y por otros motivos, Andy me dedicó varios posteos. Uno de ellos lo metí en la intro de Yo quiero ver un tren. Sus palabras siempre reflejaron demasiado agradecimiento y esos sabores que inflan el pecho.


Aquí van los más pasionales:

17 de agosto de 2015:


Hace unos meses atrás, de parte de una persona de la comunidad, surgía la idea de plasmar en un mural un mensaje vinculado a la diversidad y la no discriminación. El Estado Municipal, en línea con las políticas de inclusión y de derechos humanos, a través del Gobierno Municipal, se hizo eco de la iniciativa y no dudó en auspiciarla e impulsarla. Fue así que se convocó a quienes quisieran participar de la idea, el mensaje y la propuesta artística que coordinaría la artista Zaida Rafful.
Los meses pasaron y con ellos se fueron los encuentros en el municipio, las tormentas de ideas y la cristalización de un proyecto que hoy ya está finalizado.
Es emocionante ver que mucha gente de la comunidad linqueña se acercó, curiosa, interesada, con ganas de pertenecer a una diversidad que trasciende ampliamente el plano sexual e identitario para llegar a lo mas humano de la democracia: la unión de un pueblo.
En lo personal quiero dar las gracias al Gobierno Municipal de Lincoln, en la persona del intendente, su secretaria de Desarrollo Social Ingrid Andres, su secretaria de Cultura y Educación Marina Monti, su Director de Prensa Nicolás Vinella y todxs quienes de alguna manera cristalizaron las voces de la comunidad LGBT y gestionaron los recursos pertinentes.
Agradecerles a los que pintaron y se pusieron al hombro la tarea diaria de ir, aunque sea cinco minutos, dar una pincelada y pertenecer a este primer paso en la defensa de la igualdad de derechos en nuestro Distrito. La participación ciudadana sigue siendo el pilar fundante de un sociedad que siente empatía por la problemática del otro.


Es mi deber (y un acto de profundo honor personal) dar las gracias a Diego TL por su inconmensurable compañía y sus acertadas palabras de aliento; a la enorme María Rachid por darnos su oído, sus consejos, por sembrar en mi corazón, aquel 2010, ese germen de militancia, por darnos voz en Atrévete Teté y por incentivar futuros proyectos en conjunto. Su cercanía con quienes nos alimentamos de su lucha es propia de alguien noble. Gracias a Vida Morant por pluralizar voces en su programa radial, al igual que Claudia Castrosin. Con dos seres así, el mundo se asegura varias batallas por librar en pos de la equidad.
En el camino tuvieron, también, un cálido apoyo Flavia Massenzio desde la Defensoría LGBT y Esteban Paulón desde la Federación Argentina LGBT.
En lo personal quiero agradecer a lxs muchxs todxs que fueron parte de esto y que hoy, a la par mío, encaran el futuro con proyectos cuyo objetivo es garantizar la igualdad.
Por este primer paso.
Por muchos mas.



8 de septiembre de 2015:

Hoy llegué a este lugar en el corazón de Amsterdam.

Un espacio para la memoria de los putos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial. El gran asco del nazismo.
Los triángulos rosas, que en ese entonces debían usar los putos en los campos de concentración, hoy forman un triángulo enorme a orillas de un gran canal.
Hoy es memoria, es reconocimiento, es sostener tanta lucha y padecimiento por quienes nos precedieron.

Los ojos húmedos evidencian mi supuesta emoción. Pisar un espacio de semejante valor simbólico me hace temblar, y otra vez no puedo dejar de registrar un inmenso orgullo por ser y pertenecer, quizás en una muy volátil proporción, a esta batalla por la identidad.
Hoy es ser con ellos, siendo ellos. Soy ellos. Somos ellos. Diego TL





31 de enero de 2017:


Hoy cumple años Diego TL. Sin sus consejos, sin su apoyo, sin sus historias, sin sus abrazos, sin su vida militante; yo nunca hubiere pisado el arena del activismo.

Diego es de esas puertas que abren mundos que conquistan. Uno nunca olvida esas puertas que salvan vidas, que comprometen la existencia hasta la célula más revolucionaria. Diego es de esas bisagras entre el conservadurismo y la flamante libertad. Su cerradura abrió un pórtico de emancipación.

Esta puerta me mostró un universo que no solo salvó mi vida, sino la de muchxs otrxs.

¡Eterna vida a Tedeschi Loisa!



9 de junio de 2018:


Anoche mi amigo Diego TL presentó otra de sus joyas literarias, otro conjunto de prosa poética, otro racimo agridulce de sus sentirse. Esta vez se vino con tapa de Marian Spagnuolo, que siempre diseña desde su impulsivo sentir, desde su andar militante.

Leo la dedicatoria y me emociona que me hables en punto de llegada: acá es. ¡Somos! Siempre tus libros vienen con esas palabras como lanzas que se clavan en el centro del corazón, no para lastimarlo, sino para darle aire y que de ahí broten las emociones que día tras día quedan atrapadas. Porque nos enseñan que la insensibilidad es fortaleza. Y vos, querido amigo, me enseñaste que la única fortaleza es poder sentir, poder amar, poder ser.




31 de enero de 2019:

Hoy cumple años Diego Tedeschi Loisa. Pienso en los años compartidos y me emociono, porque él fue un pórtico de entrada al mundo activista, a la militancia por la diversidad. Fue quien me empapó en la historia de nuestro movimiento, con una humildad pocas veces vista en ese mundillo diverso y multicolor.

Diego es quien me enseñó que escribir es un acto revolucionario, y que en esa revolución se salva uno mismo y se salva a otrxs. Porque esa es la noción emancipadora del arte, de la pluma, de las huellas que ha dejado este querido compañero, a cada trazo, a cada borrón, a cada punto y coma.
Hoy brindo por esta nueva vuelta al sol. Porque cuando hablamos de sueños, de tus sueños, de los míos, sabemos que hablamos de dos historias que buscan incesantemente la libertad. Por eso también sos un maestro que deja huellas de libertad, donde luego germinan amores alados que vuelan hacia el mar. Porque el salitre sabe de desamor y la arena que se escurre entre las manos bien sabe de perdones y lagrimas amargas.
Te quiero entre las olas de un mar caudaloso, querido amigo. Brindemos juntos por muchos años más. Que choquen las copas derramando vino tinto y risas, por un mundo mejor, por tu mundo mejor.
¡Feliz cumple Dié! 💜

Andrés Ruffini




Monday, July 20, 2015

Sumando monstruos sedientos de amor

 Sumando monstruos sedientos de amor*



Estoy convencido de que es en el cansancio cuando debemos estar más atentos a lo que acontece en derredor. El agotamiento por la vorágine del 150º Aniversario de Lincoln (ese que cobijó la hermandad de todo un pueblo) me encontró, al ocaso del domingo, con dos vecinos linqueños que parecían reencontrarse luego de varios meses sin verse. Tendrían entre treinta y cuarenta años: la flor de la edad para muchos, la eterna adolescencia para otros, en fin. A pasitos de mí se encontraron ellos, mientras uno le decía al otro, esbozando un fraternal abrazo: “vi a un trolo caminando y me lo confundí con vos. ¡¿Qué haces, papá?!”. Yo estaba ensimismado en mi desmoronamiento emocional, propio de esos días en que las emociones erizan la piel, cristalizan los ojos y propician abrazos; y no di cuenta de que en esa simple interlocución se hallaba el impulso de una militancia enraizada.


Alimento fresco para la lucha que se avecina, pensé varias horas más tarde, mientras me acomodaba como podía en mi cama desordenada. Cerré los ojos y di gracias. Claro que no le di gracias al dios católico al que tanto daño le hicieron pregonar en nombre del amor. Sentí gratitud por ese grupo de personas, formado por gigantes de la valentía, que catapulta a mi conciencia un orgullo honesto por ser parte de lo que muchos, muchísimos, aún siguen llamando monstruosidad. Ese grupo de pibxs, linqueñxs y de más allá, que empieza a ponerse al hombro la batalla por la igualdad en estas recónditas hectáreas provincianas, en estos lotes en donde la democracia muestra su faceta más humana. Esos monstruos, esos monstruitos, esos yo, esos ellos, esos nosotros. También me di gracias a mí. Sí. Por haber asumido esa convocatoria interna (aquella que solo entienden los que se forjaron en la lucha compartida) a dar (nos) los derechos arrebatados, a no conformarme con la inclusión y a velar por la equidad.



Cuando desperté, sedado por el descanso reparador, entendí que en ese dialogo de machos linqueños aún reside un germen empecinado en destruir. Es entendible, si mi generación se crió con la certeza de que la heteronorma es la que va, haciendo ajeno un sinfín de rostros humanos y castigándolos a la peor opción de la decadente dicotomía ética: lo que está mal. Claro. Si estos tipos crecieron pensando que un travesti era un ridículo disfrazado y un puto era un enfermo que les iba a manotear el bulto.


Cuando desperté caí en la cuenta de que tenía que cansarme de nuevo. Y que lo que me cansaría sería la lucha por desterrar estos mitos, quebrantar lo establecido, corromper el conservadurismo y gritar. Gritarle a los colegios católicos de acá a la vuelta. Gritarles para que dejen de esconder identidades y cesen la fertilización de un dogma paleolítico, infundiéndolo y así llevando a que muchos hasta se maten por una mera imposición de lo que está bien y lo que está mal. Gritarle a las instituciones que criminalizan nuestros cuerpos e insisten en que nuestras vidas no merecen ser vividas como las de ellos. Gritarle a los políticos obtusos. Sí, políticos como el de los globitos amarillos. Para que reflexionen sobre el hecho de que gobernar es mucho más que ganar plata, que gobernar se trata más bien de entender el entramado social y prestar el oído a la pluralidad de voces que ahí se esconde.


Cuando desperté entendí que con lo instituido hay que pelear en diálogo acérrimo. Con él no se puede perder un solo milímetro de terreno. Lo instituido, lo que amenaza con mantener los “valores tradicionales”, debe seguir recibiendo golpes hasta dar con su talón de Aquiles. ¿Y nosotros? Nosotros debemos seguir asestando municiones de humanidad, fabricando armas para batallar por la igualdad.

Cuando desperté me sentí listo para seguir batallando, para seguir sumando monstruos sedientos de amor. No será tarea fácil. Pero lo vamos lograr.

Lincoln, 20/7/15


Este texto me lo compartió Andy el 21 de julio de 2015. Hacía muy poco que nos conocíamos, a través del wasap -aún faltaban días para vernos personalmente-, pero seguramente inspirado por el Día de la Amistad, escribió este texto, que me regaló y me permitió compartirlo en mis redes.

Lo compartí cuando me lo pasó y puse como extra: 

por Andrés Ruffini

compañero militante linqueño


  

Fotos:

Mano: original de mi posteo

150 años de Lincoln: tapa del libro por el aniverario de la ciudad, que me regaló meses después

Las tres restantes: donde un mes después, desde Divernoba, harían el Mural de la Diversidad (que está detrás de Andy y de sus compas)


Andy Ruffini

Este espacio de Huellas en la Pluma surge para homenajear al compañero y amigo activista LGBT+ Andrés Ruffini ( Lincoln, 25 de julio de 1986...